lunes, 20 de junio de 2005

EL PRINCIPIO DE SU FIN

Francisco iba a misa los domingos. No por obligación, sino mas bien por costumbre. El, llevaba haciendolo muchos años, casi los cincuenta que tenia y nunca se planteo si bien o mal. Simplemente habia que hacerlo.
Francisco tenia mujer y tres hijos. El pequeño era un poco discolo, es cierto. Habia alquilado un apartamento y estudiaba segundo de imagen y sonido. Tambien fumaba porros y se follaba a todas las incautas que osaban entrar alli, pero eso Francisco no lo sabia. Le gustaba ver a sus conquistas con las manos abiertas apoyadas sobre los cristales y embestirles por detras una y otra vez. Una vez penso que eso no le hubiese gustado a su padre, a Francisco, pero entonces apreto los ojos y embistio con tanta fuerza que a la chica le tuvieron que curar el chichon en urgencias. Al pequeño de Francisco lo engendraron en Benidorm en identica forma, pero sin chichon.

Francisco pensaba que las cosas eran como debian ser. La mayor tenia ya un hijo que le convirtio en abuelo. El mediano era medico y tenia poco tiempo para no ser como se esperaba de él. Y el pequeño....el pequeño volveria a la senda en poco tiempo.
Su mujer hacia la compra para él. Tambien las camas. Francisco compraba el pan y la leche. Tambien el Marca.A veces compraba tambien el ABC. Hay que ver lo gracioso que es el Ussia ese. Da siempre en el clavo.
Francisco un dia vio a dos chicos besandose en un banco. Los dos eran varones. Casi vomita. Por un momento recordo aquel chico que en la mili...pero no, aquello estaba olvidado. A lo maricones habria que matarlos a todos.
Francisco un dia vio a dos chicas besandose en la calle. Casi se empalma, y lo hubiese hecho si hubiese tenido quince años menos, pero la prostata estaba acabando con él. De todas formas se masturbo al llegar a casa y santaspascuas. Menudas guarras.
Francisco no iba nunca a las manifestaciones. Faltaba mas. Pero esto era demasiado. Normalizar los matrimonios entre gays y lesbianas era ponerle a él al mismo nivel que a aquellos que siempre habian sido degenerados.
Se lo dijo el parroco. Francisco, hay que movilizarse. Quieren acabar con nosotros. Despues de todo si lo normal van a ser ellos, ¿que vamos a ser nosotros?

Y esta es la razon. La normalización de los derechos constitucionales de gays y lesbianas " a ser iguales que el resto" a ser por fin "normales", deja en entredicho la razon de ser y el porqué de la Iglesia. Ya no tiene sentido un matrimonio que no te deja disfrutar, que solo te condena a procrear aunque no quieras. Ya no tiene sentido la base misma de la Iglesia, de la castidad, de la flagelación espiritual y el sacrificio. Simplemente amarse no debe de ser bastante o ellos desapareceran.
Es por esto que la Iglesia y sus subditos han salido a la calle. Aunque no lo hayan hecho por guerras. Aunque no lo hayan hecho por torturas. Aunque no lo hayan hecho antes nunca.
Ha tenido que ser esta vez. En la primera manifestación desde que somos democratas en la que se sale a la calle para restringir los derechos de un colectivo muy concreto. Que verguenza.
Esta vez ven peligrar la razon de su existir.

Si dentro de veinte años, los niños ven normal que dos hombres o dos mujeres vivan juntos, se casen y adopten niños, ¿quien va a meterse en la Iglesia?

viernes, 17 de junio de 2005

VERANO

martes, 14 de junio de 2005

DOÑA PREJUICIOS, LA LOLA (...y II)

No pudo el pueblo disimular su descontento a la llegada de Juan Pedro. El joven de aspecto seco, visiblemente sucio, rehuía el trato con la gente, pero no de forma tímida o apocada, sino con la altanería del carácter superior que poseía. No discutía de fútbol con los hombres aunque frecuentaba la taberna, para observar detenidamente un solitario vaso de vino.

Juan Pedro conoció bíblicamente a la Lola, un año después. Para entonces ya era cuarentona y había abandonado los mandiles remendados, el luto a aquel marido desaparecido y sus preocupaciones económicas. Era ya una mujer madura y visiblemente pudiente como lo indicaban sus medias de cristal, su abrigo de paño y aquel broche brillante que al compás de su pecho se pavoneaba ante la mirada envidiosa de las feligresas de la tienda. Juan Pedro por el contrario, se molía las costillas en los caminos, pegado a un pisón de mano, magullando los senderos de piedra con fiereza, sin descanso solitario y casi huraño, aterrorizando aquella capa de piedras que tras su paso quedaba empotrada en el suelo.

Juan Pedro, llegaba de noche a casa de Doña Prejuicios, la Lola, metido en sombras, vestido de penumbra, llevándole la alegría efímera de una noche, el esplendor olvidado de la compañía y la masculinidad que nunca creyó la Lola volver a tener al lado.

Juan Pedro salía de noche de casa de Doña Prejuicios, la Lola, adelantando al alba, cubierto de un sol interior, que dejaba a la Lola lánguida y sonriente, abandonada a la dejadez del que ama, perdida en la alegría de amar.



La Lola, henchida su feminidad de orgullo, plena de un sabor entre amargo y dulzón, parecido al del café hecho en puchero, derramaba por las calles sus atributos de hembra provocando odio y envidia, recordando viejos deseos y añoradas lascivias. Tanto fue así que incluso el mosén apareció por su casa un día en visita social, inesperada, indeseada y altiva.



-Pues como le decía, Doña Prejuicios, es difícil realizar como es debido el apostolado en un pueblo pequeño como este nuestro.

-El Señor nos dirige por duros senderos, amigo mío.

-Por ejemplo- siguió el clerigo- en un pueblo pequeño como este nuestro es difícil, mantener a la juventud en el camino de la honestidad. Hágase idea, Doña Prejuicios, que un viejo clérigo, ya cansado como yo, debe mantener la moral del pueblo intacta, y yo no estoy ya para esos trotes, más en esta época, en la que la Iglesia, debe rehacer lo perdido antes del glorioso Alzamiento. Ahora es el momento de perseguir, cristianamente, eso sí, ciertos casos de ........ amancebamientos carnales, que empiezan a producirse entre los jóvenes,. y según creo, entre algunas personas no tan jóvenes ya, fíjese que brete para mí, Doña Prejuicios.

-Me doy cuenta, mosén.-replicó juntando aún más las rodillas la Lola.


-Es el momento, de que todos recordemos que no hay que tomarse a broma la condenación eterna, y que la tentación es fuerte de vencer para todos.-dijo el mosén, secándose con un pañuelo una secreción espesa, que debía ser el sudor de la frente.



-Comprendo su difícil tarea, mosén-dijo la Lola alzando la barbilla- fíjese en mí caso, una mujer creyente y practicante como bien sabe.......


-que duda cabe, que duda cabe.....

-....sabe usted perfectamente de lo generoso de mis donativos para el manto de la Virgen, para la procesión de San Roman y para el mantenimiento de la parroquia que como bien sabe, sale cara, y en estos tiempos de crisis, a veces me planteo si no seria mejor para mí economía, ser menos generosa sin ser menos devota.....

-Su donativo es muy importante Doña Prejuicios, y no....

-Sin embargo, mosén, algunas personas que se dicen muy devotas y muy honestas se permiten hablar alegremente de asuntos de otras personas...

-Claro, claro, sí yo no...

-¿Acaso debo dejar mi generosidad por el mal ejemplo y el comportamiento poco cristiano de estas gentes, mosén?.

-No, no doña Prejuicios, ya sabe que yo, sin ser liberal, el Señor me perdone, disculpo las actitudes de todos y rezo por ellos, todas las noches, además su devoción es un ejemplo para todos mis feligreses.

-En ese caso mosén, recuerde que el púlpito es el lugar más adecuado para las homilías y el cepillo el sitio idóneo para los donativos. Buenas tardes amigo mío.

Fue así como Doña Prejuicios, si, si, La Lola, se enfrento de repente por un inusitado ardor, con la secreta envidia del resto del pueblo, de las mujeres, presas de sus propios amos, de esos amos presos del odio y de la inferioridad que sentían comparándose con Juan Pedro, que al fin y al cabo no era más que un peón que no tenia donde caerse muerto.

No hay que decir, que las fuerzas vivas entre las que se encontraba doña Prejuicios mas Lola que nunca, se vieron amenazadas al ver a uno de los suyos caer entre las maravillosas garras de la lascivia y de una libertad ...............(perdón)...............de una......., una....

Volvamos a escribir este párrafo, antes de que se convierta en una reivindicación social. Nada más lejos.

En fin, el resto te lo puedes imaginar, si es que has sido capaz de leer hasta aquí, ( hay gente que lee cualquier cosa que cae en sus manos), la Lola, que ya casi nunca era Doña Prejuicios, salvo cuando se encontraba presente, cayo en un ostracismo no deseado, pero que no le importaba. Sus posibilidades le permitían enfrentarse al resto del pueblo con una altanería muy propia de la clase a la que ahora pertenecía, aunque se encontrase en tierra de nadie, odiada y envidiada por todos, despreciada y admirada, deseada siempre en toda su felicidad.

Juan Pedro, continuo inundando a la Lola de sudores y jugos, de sensaciones y cariño, de arrebatos y de esperas maravillosas, hasta que, como no podía ser de otra manera, consiguió quedarse sin trabajo gracias a las maniobras del mosén y el alcalde, que se descubrieron como expertos pecadores, eso sí, en aras de un buen fin, ya que aquel muerto de hambre, había llevado a uno de los suyos a la senda grata pero inmoral de la desidia cristiana. Nada pudo hacer la Lola por mantenerlo, y supo aquella tarde soleada del mes de Julio, que Juan Pedro se marchaba, aunque no hubo una despedida ni un adiós, ni una carta ni un beso, solo un atardecer que supo a miel amarga, a recuerdo y a final.

Se quedó tan solo con su olor, aquel olor a sudor suave y a cama desecha, aquel olor, que tan feliz hizo a la Lola, cuando descubrió ocho meses más tarde que el ser que engendró, lo había heredado.

El pueblo, sin embargo, presa de un extraño sentimiento de gratitud a Juan Pedro, que había destapado la inquina humana en todos los jerifaltes, comenzando desde la propia Lola, acogió al pequeño como a uno de los suyos, ya que los de la clase a la que debía haber pertenecido, le repudiaron desde ya antes de nacer. No podían mantenerle la palabra a aquella mujer plena de un pecado, que además había compartido con un inferior, y mucho menos aceptar que sus vástagos retozaran con aquel que era el recuerdo constante de su pasado.

Así, el pequeño creció, feliz y medio salvaje entre las tapias y los huertos, robando las peras de su propia madre y del resto de los grandes aparceros, compartiendo novillos con los retoños de los más humildes del pueblo, cazando gorriones entre los arboles del pinar, buscando nidos de golondrina entre los aleros, y descubriéndose a sí mismo y a sus compañeros, como un autentico líder que sin darse cuenta era dieciocho años más tarde un hombretón que nada tenía que envidiar a su propio padre.......(y volvera a continuar)

lunes, 6 de junio de 2005

MANIFESTACION VICTIMAS DEL TERRORISMO

Yo no se si hay que negociar o no. Prefiero no opinar sobre esto.
Yo solo quiero saber, de todos los que el sabado estuvieron pidiendole la dimision a un gobierno que quiere negociar para acabar con la violencia, de todos ellos, ¿quien va a decirle a la proxima viuda, al proximo huerfano que no hay que negociar, que es mejor esperar a la proxima bomba, al proximo disparo en la nuca?
¿quien de todos ellos lo hará?

miércoles, 1 de junio de 2005

O SIMILAR

Mira que son odiosas las comparaciones.
Hasta refranes tenemos que nos lo recuerdan y aun asi no escarmentamos. De todos es sabido que seremos ayudados por el todopoderoso solo por madrugar o que para disfrutar del cobijo de una buena sombra nada como un buen arbol, pero aunque las comparaciones sean odiosas, seguimos utilizando las tan denostadas similitudes.
O similar, es una frase tan utilizada por mi en mi profesion, como "mucha mierda" para los que viven de la farandula, pero nada hay tan mierdoso como una mala comparación.
Es frecuente en mi cotidiano quehacer el decir, escribir, indicar, ordenar, recomendar,...gres de primera calidad o similar..¿como que o similar? o se es de primera calidad o no se es...Fernando Alonso llega el primero o el sexto, pero no llega el primero...o similar.
Tu vas a casarte y no te dicen...¿quieres a Gubitersinda Lopez, o similar, por esposa....? coño o te casas con la Gubi o no, pero no te casas con una similar. Ademas con ese nombre no hay similares que valgan.

-¿Que es lo que tengo, doctor?
-Pues unas cataratas quepaqué.
-Ya me lo veia (borroso) venir.
-Bueno, o similar.
-¿Como que o similar?
-Si, que pueden ser unas cataratas o que no se limpia las gafas desde el antepenultimo jacobeo, mire usted, con tanta mierda no soy capaz de verlo.

Josus, josus (que es el similar de jesus). Las niñas no piden un principe azul o similar, los curas no nos dicen que nos portemos bien o similar, las guerras no se ganan o se pierden o similar. Las verdades son absolutas. No hay similar que valga.
La proxima ( o la primera) casa que compreis, traera de fabrica el marchamo "o similar". Quejaros, exigir. La vida es buena o mala. Tu novia es guapa o fea. La tienes grande o pequeña, pero nada de "o similar". Solo Maikelyacson es como era antes o similar. No hay mas casos. ¿O si?